Jueves 21 y viernes 22 de septiembre, de 18 a 20 hs.
Jean-Léon Gérôme, El marabú en el baño del harén, c. 1889. |
El deseo necesita un lugar donde realizarse, un soporte a través del cual desarrollar su argumento. Dada la naturaleza fantasmática del Eros ese lugar nunca resulta totalmente terrenal. Surcar el mar hacia la remota Polinesia fue esencial para que Gauguin pintara a sus tahitianas y se convirtiera en el ícono que es. Las islas de los mares del Sur dieron a Loti nada menos que su nombre. En Taormina pudo von Gloeden crear, mediante la fotografía, su paraíso de efebos. Y así mostrarle al mundo, con lujo de detalles, el mismo erotismo que los uranistas ingleses apenas susurraban. Los pintores orientalistas alucinaron el harén como aquel territorio donde todos sus deseos reprimidos podían relucir. Muchos de sus paisajes provenían de la literatura de viajes, y a su vez alimentarían nuevos relatos, fantásticos y eróticos, del romanticismo tardío. A partir del Bosco, el desierto se convierte en el escenario privilegiado para que el Diablo ofrezca a San Antonio los objetos que despiertan su apetito. Flaubert hará volar al santo sobre el lomo de Satán para recorrer la cultura y gozar en su búsqueda del conocimiento.
Inscripciones abiertas, entrada libre.
Más información en erotopiasenelfondo@gmail.com