Erotismo, humor negro y metaliteratura caracterizan a la nueva novela de este escritor uruguayo.
¿Se puede ser, en algún momento, un “exescritor”? Este fantasma, que acecha a todos los que escriben, es uno de los pilares sobre los que está erigida La sagrada familia, la nueva novela de Ercole Lissardi, editada por AñosLuz. Los otros pilares son el erotismo y el humor.
La trama es sencilla. Un hombre decide dejar de escribir y mudarse al campo, fuera de la ciudad, lejos de todo. Se instala en un pequeño pueblo, donde pronto empezará una relación extraña –como si existieran las relaciones normales- con una mujer del pueblo. La síntesis es burda, para evitar spoilers.
La pregunta que abre este artículo es abordada una y otra vez en la historia. En una parte, el personaje principal dice: “Nunca oí ni leí la expresión “exescritor”. Es posible que nunca haya sido utilizada, Porque nadie se declara, ni a nadie se declara “exescritor”. Creo que la convención es ésta: se puede dejar de escribir, pero no de ser escritor. Es parte del rollo de la divinización del arte: ser escritor sería algo así como una maldición imprescriptible, impuesta por decreto sobrenatural”.
Surge, entonces, otra pregunta: ¿Se puede ser un ex lector? Si para la primera pregunta el personaje tiene una respuesta afirmativa, para la nueva tiene serios problemas. Porque el narrador es una máquina de leer todo lo que lo rodea. E inmediatamente surgen las intertextualidades, las comparaciones con otros personajes de libros o de cine –sobre todo de cine.
El erotismo y el grotesco van de la mano, en La sagrada familia. Y recuerdan una vieja frase de Woody Allen: “El sexo es sucio, solo si se hace bien”.
El humor se presenta, en el narrador, como forma de establecer su superioridad. “Pensé que mi pronunciación citadina, o la acústica asordinada de la casa, o la cera endurecida en sus oídos no le habían permitido oír y comprender bien lo que había dicho, y que por eso se había imaginado quién sabe qué”-
Es difícil clasificar La Sagrada Familia, con toda su brutalidad y lujuria, con una capacidad única para sumar géneros –de repende una capítulo es un policial, otro es fantástico y así- y todo contado con una prosa atípica, que demanda ser saboreada lentamente.
https://www.lagacetasalta.com.ar/nota/106518/espectaculos/apuntes-sobre-sagrada-familia-ercole-lissardi.html (18/6/2018)